Cuando todo parece
encaminarse. Cuando de a poco las cosas se van poniendo en su lugar. Cuando lo
que hago empieza a tener un sentido y vale la pena seguir peleando. Cuando
empiezo a entender que cada paso que doy es una oportunidad única y, de alguna
manera, merece ser vivida y valorada como tal. Cuando decido por fin abrirme y
sacarme ese armazón que me venía abrazando, y no me dejaba ser. Ahora que
comenzaba a sentirme querida otra vez, que podía decir que, así como hay
personas que te pueden destruir el alma, hay otras que simplemente acomodando
una parte ya te salvaron. Eso pensé. Eso quiero seguir creyendo, si no fuera
por este miedo que me invade nuevamente. Que me paraliza. Ese miedo que sentí
cuando me estabas dejando sin haberme dejado. No quiero volver a pasar por lo
mismo, quiero pensar que es una simple sensación que vuelve cuando pasan cosas
buenas. Dejame seguir, porque esto ya lo viví, ya me tocó y tuve que salir. Dejame
seguir sintiendo eso que se siente cuando te sentís valorado.
Entradas populares de este blog
“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”
Y así me encuentro hoy, que situación de mierda te digo. Así como también me contradigo, y te digo que no quiero dejarme atrapar por esto, por más frustrada que me sienta. No creo en los malos o buenos momentos. Creo en las experiencias más o menos dolorosas, que son necesarias de la vida. Que estos puntos de inflexión siempre nos sirven para algo, y de ello algo siempre se aprende. Por eso me refugio acá, para desplegar un abanico de sentimientos y de experiencias que voy teniendo. De las que trato de aprovechar y generar el impulso necesario para sacar lo mejor de mi. Creo que a veces necesitamos un giro de tuerca, para avanzar en el modo que creemos oportuno y que nos hace felices. No quiero temer a la tristeza, ni tampoco dejarme llevar por la amargura, no de modo devastador. No hay que temer al cambio, ni a los recuerdos. Hoy, tacho un día más, elijo seguir luchando. Tarde o temprano la vida te hará dar cuenta que es lo que merece la pena o no…
Yo se que a veces gano cuando pierdo.
¿Ganar, es la única manera de ganar? Parece una pregunta complicada pero no lo es. Quiero decir ¿la única manera de ganar es ganando? ¿No se puede ganar nada perdiendo? Quiero decir si yo por ejemplo pierdo peso ¿no gano en salud? Si un señor pierde el vuelo y ese avión se estrella ¿no ganó algo perdiendo el vuelo el señor? Un hombre pierde su empleo y se deprime tremendamente, pero consigue otro empleo mejor y le va muy bien ¿ese hombre no ganó perdiendo el primer empleo? ¿Cuándo uno pierde la inocencia gana algo? Quiero decir ¿cuándo perdemos la inocencia no ganamos en sabiduría, no ganamos en autodeterminación? ¿No ganamos cuando perdemos el miedo? Mis queridos amigos cuando digo perdemos el miedo no digo tener una confianza ciega en que vamos a ganar siempre, sino perder el miedo a perder , de eso se trata. En mi época se decía ‘perder la chaveta’. Y es verdad eh, a veces hace falta un poco de locura para ganar algo. A veces perder el control es la única manera de ganar liberta
Comentarios
Publicar un comentario