Cuando todo parece encaminarse. Cuando de a poco las cosas se van poniendo en su lugar. Cuando lo que hago empieza a tener un sentido y vale la pena seguir peleando. Cuando empiezo a entender que cada paso que doy es una oportunidad única y, de alguna manera, merece ser vivida y valorada como tal. Cuando decido por fin abrirme y sacarme ese armazón que me venía abrazando, y no me dejaba ser. Ahora que comenzaba a sentirme querida otra vez, que podía decir que, así como hay personas que te pueden destruir el alma, hay otras que simplemente acomodando una parte ya te salvaron. Eso pensé. Eso quiero seguir creyendo, si no fuera por este miedo que me invade nuevamente. Que me paraliza. Ese miedo que sentí cuando me estabas dejando sin haberme dejado. No quiero volver a pasar por lo mismo, quiero pensar que es una simple sensación que vuelve cuando pasan cosas buenas. Dejame seguir, porque esto ya lo viví, ya me tocó y tuve que salir. Dejame seguir sintiendo eso que se siente cuando te sentís valorado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”

Yo se que a veces gano cuando pierdo.