Es como es. O como era de
esperar, al menos eso se podía percibir
que pasaría. Las cosas cambian, si. Pero las personas no. La gente no cambia, en
algún punto se adapta y se renueva. Pero no cambia. Hace un tiempo, lo sabía,
lo sentía, presentía que esto iba a pasar. Que estaría escribiendo estas líneas
de nostalgia y de desaliento. Porque eso siento, porque así me siento. Cansada,
molesta, fastidiosa. Me hubiera gustado/me gustaría que no fuera así, pero
supongo que definitivamente es y será así. Llegue hasta donde pude, aguante
hasta que no aguante más, y espere hasta que se hizo tarde (como ahora). Estaría
mintiendo si dijera que no me equivoque varias veces, porque realmente lo hice
y mucho me sirvió para seguir. Pero puedo decirte que intente todo lo que pude para
que las cosas no se dieran así. Me encontré en una situación difícil, tratando
de apaciguar ambos lados y llego un momento en que me di cuenta que no recibí
nada del otro lado, no te digo lo mismo o algo diferente (cosa muy común en
esta vida), estoy hablando de ninguna señal, ni un mensaje, ni una preocupación,
ni una intención y no por el simple compromiso. Creo que eso fue lo que más me dolió.
Yo también tengo cosas por hacer, obligaciones, actividades, problemas y demás preocupaciones,
pero nunca faltó mi mensaje, mi predisposición. Y ya sinceramente, lo que pase,
lo que no pase, lo que piensen o dejen de pensar me chupa un huevo, como en su
momento les chupó.
“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”
Y así me encuentro hoy, que situación de mierda te digo. Así como también me contradigo, y te digo que no quiero dejarme atrapar por esto, por más frustrada que me sienta. No creo en los malos o buenos momentos. Creo en las experiencias más o menos dolorosas, que son necesarias de la vida. Que estos puntos de inflexión siempre nos sirven para algo, y de ello algo siempre se aprende. Por eso me refugio acá, para desplegar un abanico de sentimientos y de experiencias que voy teniendo. De las que trato de aprovechar y generar el impulso necesario para sacar lo mejor de mi. Creo que a veces necesitamos un giro de tuerca, para avanzar en el modo que creemos oportuno y que nos hace felices. No quiero temer a la tristeza, ni tampoco dejarme llevar por la amargura, no de modo devastador. No hay que temer al cambio, ni a los recuerdos. Hoy, tacho un día más, elijo seguir luchando. Tarde o temprano la vida te hará dar cuenta que es lo que merece la pena o no…
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