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Mostrando entradas de julio, 2019
Hoy hay tension entre el sol y urano. Dicen que, Urano viene a descolocarnos, a llevarse lo que ya no necesitamos y que muchas veces creemos que si. Tengo tanto que no me atrevo a soltar y soy consciente de ello. Me gustaría hacerlo todo de un saque y si es posible sin enterarme. Pero las cosas no son así, la vida no es así. Somos una construcción de tantas cosas que para despojarnos de algo/alguien debemos tener la certeza de que eso no tenga la fuerza suficiente parar tirarnos abajo. Y en realidad es un miedo que arrastro, que me apichona. Hay situaciones que me incomodan, me generan estrés, personas que me dan ansiedad y que quisiera que me generen cosas lindas pero como dice mi abuela “del dicho al hecho, hay un largo trecho”. Me lo digo, me lo propongo, “voy a poder con esto”, “voy a soltar aquello” y a la primera se me apaga la tele. Ojala en algunos años mire para atrás y me alegre de haber escuchado mi voz interior en el momento indicado. Ojala me sienta bien con las cosas que
Me encantan estos días en los que me levanto con el disfraz de heroína, donde me creo mil (pues sagitario siempre) y tengo la sensación de que todo lo puedo, que nada me puede romper. Como si me pusiera un blindado contra las malas energías. Como si mantuviera alejada mi propia oscuridad. Y es que en realidad es algo que cada tanto me planteo y me gustaría mantener algún día. Hace poco le dije a alguien: “Hace unos años una parte de mi dejó de ser y otra siguió como pudo-puede”. Esa parte que sigue es la que intento mejorar cada día lidiando con ansiedad, ataques de concha, inseguridades y malhumor. Y es por eso que cuando tengo estos días que hasta el ladrido de mi perro me parece una melodía de Bach, pienso que ser feliz es una decisión y que al final depende de mí la parte que elijo sacar a brillar.

He vuelto

Todavía me falta para estar donde quiero estar. Este año me viene enseñando mucho y saber estar bien aún en donde me siento incomoda también es crecer y madurar. Obvio que a veces cuesta, y me vuelvo a plantear -por enésima- la vida. Y ahí me detengo: ¿Está mal que nos planteemos la vida? Porque yo mucho tiempo asocie eso como “fracaso”. Pero después de haber cambiado una carrera por otra que me ilusiona y me encanta, me di cuenta que planteársela la vida quizás sea elegir ser feliz .