Algunas citas de un
texto hecho por Hugo Mujica que compartimos hoy en nuestro ultimo primer día de clases:
Pasamos años esperando momentos, recorremos
kilómetros para llegar a una pequeña franja, a una meta, a una llegada. Lo que
buscamos esta siempre al final de un recorrido, el recorrido puede ser corrido
o andado, con paso lento o rápido… viviendo o siendo arrastrado. Recibiendo lo
que el camino tiene también de llegada o con los ojos finos en el final, ciegos
a todo lo que nos mira pasar de largo.
La vida como toda obra de arte, necesita
que uno se detenga frente ella, necesita ser contemplada, escuchada; también
ella quiere decirse, contarse pero a su ritmo, al ritmo de la lentitud con la
que crece todo lo que creciendo también madura.
Es
en la medida en que se la mira, en que nos detenemos, que la vida, las cosas,
entregan sus matices, sus detalles, los detalles de lo que todo, grande o
pequeño, está hecho. Los detalles que hacen diferente un rostro de otro rostro,
una vida de otra vida. Lo que hace que nada sea igual, lo que hace que todo sea
diferente, que nada sea indiferente.
La vida es ahora, siempre y cuando se la
viva, no se la postergue, no se la aplace. La vida es del orden y del ser y no
del hacer, pero se la vive haciendo, o más aun, haciéndola. Pero hay que
hacerla propia.
Si este apurado, aconseja un proverbio japonés,
camina despacio. Morar, demorarse en la vida, es morar cada paso, estar allí,
viviendo. No implica inmovilidad, implica morar en lo que uno esta, caminar
sobre la vida y no solo correr tras la historia. Quizás, o seguro, haremos
menos cosas, pero recibiremos mas. Compraremos menos, pero apreciaremos más.
Funcionemos menos, pero vivamos más. Iremos menos lejos, pero habremos llegados
a través de todo el camino.
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