Ahí en esa podredumbre
esta la fuerza de la flor.
Ahí donde la vida duele, curan los ojos del amor.
Ahí cambias la
suerte, por el impulso de crear.
Ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiar.
Ahí en esa podredumbre se encuentra el compost de mi flor.
Ahí donde la vida
duele, se abren los ojos del amor.
Ahí en el pozo de la
desidia, terminan ganas de crear.
Ahí
reconocernos es suficiente, es empezar a cambiarnos.
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