Creo que a ninguna persona, o al menos, a la mayoría de
estas le gusta, desea o disfruta ver a otra sentirse mal. Estamos en un mundo
que se está derritiendo de a poco y
juntos con él la sociedad en conjunto. Lamentablemente es así, aunque a
veces no lo queramos ver. Hay gente mala y gente buena. Yo me considero una
persona buena y no porque sea yo o porque este es mi blog ni porque soy una
soberbia de mierda. Simplemente porque siento que a veces o en gran parte, doy
bastantes oportunidades con respecto a cosas que no tendría que dejar pasar,
pero lo hago porque siempre estoy con una oportunidad en mano. Todo hombre debe
tener una oportunidad. Oportunidad para ser aceptado, oportunidad de trabajo,
oportunidad para mejorar su casa, o mismo, para remediar su error. ¿Pero hasta
donde llegan las oportunidades? ¿Quién suele tener mas y quien no? ¿Qué significa
tener una y por qué a veces es tan difícil obtenerla o viceversa? Son preguntas
que hoy me hago y que todavía estoy en busca de sus respuestas.
Una de las frases que me llevo de este año es sin dudas: “estar en el lugar indicado en el momento indicado”. Porque así fue como apareciste, porque en ese entonces no tenía claro qué nos unía y por qué después de tantos años la vida nos juntaría. Algo nos tenía preparado, solo bastaba el momento indicado… Qué me iba a imaginar que me iba a enamorar de vos. Qué iba a pensar que me ibas a sanar. Porque yo estaba mal, porque tenía que pasar ese momento, y en ese momento no estaba preparada para nada ni con ánimo de estar acompañada. No tenía ni idea del poder que podía llegar a tener los abrazos de una persona. Los besos. Estoy segura que era algo que deseaba pero no en ese momento. Y lo lograste, todavía no se como lo hiciste. Como lo haces. Me transformaste, para bien. Me reconstruiste. Me escuchaste. Me escuchas. Me haces mejor. Sacas lo mejor de mi, ya te lo dije. Se me ocurren tantas cosas para decirte que ni yo me puedo creer lo que conseguiste. Siento el corazón abierto de...
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