“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”

Acá estoy, escuchando algunos viejos temas, otros no tanto. Me gustaría hablar de tantas cosas. Pero es tanto que se tornaría largo y aburrido. No tengo un porqué de porque quiero hablar de tales cosas, sino un porque sí. Hay canciones que me transportan a tiempos y lugares de una manera fugaz e inevitable. Hablemos de cuando existía la Bersuit, con sus clásicos “el tiempo no para”, “mi caramelo” y “un pacto”. Digo existía, porque ya no es la misma que escuchaba hace unos años, esa que escuchaba los veranos bajoneros en La Lucila del Mar. Hablemos de cuando veraneaba allí. Hablemos de cuando tenía ese lindo grupo de la playa y todos los Eneros nos encontrábamos ahí. Esperábamos todo un año, para vivir un mes a full. Hablemos del balneario Olimpo, que a pesar de sus modificaciones y refacciones guarda los grandes momentos, grandes veranos. Me acuerdo de Diego, y de los chicos de animación. Hablemos de cuando La Lucila, era el escenario de Callejeros y paso lo peor (Cromañón). Era imposible dejar de escuchar “dia a dia”, “señales” y “rocanroles sin destino”.
Hablemos de las navidades y los nuevos años. Hablemos de esas épocas cuando te das cuenta que dos mesas no alcanzan para todos los que vienen a cenar y agregas una tercera para “chicos”. Y que con el transcurso de los años, te das cuenta que esa gente solo formo parte de quizá un lindo pasado, pero que por algo no sigue en tu presente y hoy con solo una mesa te alcanza. Hablemos de cuando creía en Papa Noel, Reyes Magos y el Raton Perez. Aunque sin embargo, no fui como algunos que se traumaron por enterarse que eran sus padres. Creo que al saber que eran ellos, me hizo más feliz.
Hablemos de cuando mi única ocupación era llegar del jardín y mirar toda la tarde la programación de Discovery Kids. Hablemos de “Clifford”, de “Zabumafu”, los “Save-ums”, Bob “el constructor” y porque no, de “Bernardo y su reloj”. Hablemos de cuando vivía en la otra casa, o cuando me hacia pis en la cama o cuando la despertaba a mi hermana para que me hablara cuando iba al baño a la madrugada. Hablemos de cuando me quedaba a dormir de mi abuela y cocinábamos en su antigua casa o cuando me hacia sopa, pizza y milanesas para cenar. Y cuando jugábamos al chichón y me ganaba siempre, o cuando veíamos utilísima y la seguidilla de “mi pobre angelito”. Hablemos de cómo empezó a gustarme el hockey. Hablemos de cuando pintaba con mi hermano y de cuando aprendí a ganarle en la play. Hablemos de todos los novios de mi hermana, o de las novias de mi hermano, o de mis noviecitos.
Hablemos de los campamentos, de Dario, Alfredo, “el Uru” y Hernan. Hablemos de las cinco maravillas, de la búsqueda del tesoro y de los fogones. Hablemos de mis “seños”. Hablemos de Mirta “la portera” y de Neli “la que sirve el té”. Hablemos de Ceramica, Musica y Folklore. Hablemos de todos mis compañeros, de los que se fueron, vinieron y volvieron. Hablemos de mis amigas. Hablemos de los que ya no están. Hablemos de la secundaria. Hablemos del “patio del amor”, el timbre y el aula. Hablemos de la “figaza tostada y con queso arriba.” Hablemos de la Copa Frassinetti y del Dia de las Bandas. Hablemos de 4to, 5to y 6to economía. Hablemos de este año, de Bariloche y de la palabra "egresado".
Hablemos de la familia. Hablemos de vos, de cómo empezó todo, como te conocí, y como se termino. Hablemos de mí, de lo que aprendí, me equivoqué y logré. Hablemos de nosotros, de lo que  estamos viviendo, de lo que nos espera.

Hablame de cuándo y cómo paso todo esto…