“Como me
gustaría que mundo volviera a ser cursi. Que la humanidad recuperara el sentido
romántico de la vida y junto con él, la tradición de los noviazgos largos, las
serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de
los balcones. Como me gustaría vivir en un mundo más discreto y decente, donde
el amor fuera una necesidad del alma y no un capricho del culo. Pero qué le
vamos a hacer: me tocó vivir una época insensible, deshumanizada, obscena, en
la que nadie respeta ya los sentimientos del prójimo.”
“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”
Y así me encuentro hoy, que situación de mierda te digo. Así como también me contradigo, y te digo que no quiero dejarme atrapar por esto, por más frustrada que me sienta. No creo en los malos o buenos momentos. Creo en las experiencias más o menos dolorosas, que son necesarias de la vida. Que estos puntos de inflexión siempre nos sirven para algo, y de ello algo siempre se aprende. Por eso me refugio acá, para desplegar un abanico de sentimientos y de experiencias que voy teniendo. De las que trato de aprovechar y generar el impulso necesario para sacar lo mejor de mi. Creo que a veces necesitamos un giro de tuerca, para avanzar en el modo que creemos oportuno y que nos hace felices. No quiero temer a la tristeza, ni tampoco dejarme llevar por la amargura, no de modo devastador. No hay que temer al cambio, ni a los recuerdos. Hoy, tacho un día más, elijo seguir luchando. Tarde o temprano la vida te hará dar cuenta que es lo que merece la pena o no…
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