Siempre él.

Dicen que el problema de este mundo es que no vivimos el presente, que siempre nos anticipamos a todo. Eso nos sucedió a él y a mí. La noche en que lo conocí no le dio tiempo a Cupido a disparar porque ya nos habíamos enamorado nada más vernos. Pocos días después nos acostamos por primera vez y a la mañana siguiente, mientras él se duchaba en mi casa, yo ya estaba mandándole un mensaje diciéndole como lo echaba de menos, anticipándome de nuevo a la realidad. Durante el año y medio que compartimos constantemente pensamos cual sería el siguiente paso, de nuevo arañando en el futuro y, casi al final, una vez que yo le pedí “algo de tiempo”, no resistió y me llamo llorando como un niño antes de que yo lo hiciera. Esa llamada infantil también anticipo mi decisión de dejarlo porque no respetó mi “algo de tiempo”. Ahora sufro pensando que el pronto volara sobre otra piel y yo también me anticipo pensando que no seré capaz de olvidarlo. Pero me equivoco. Él se anticipó y ya está bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“El peor sentimiento es no saber si esperar un poco más o rendirse”

Yo se que a veces gano cuando pierdo.