Y ya estamos a Junio. Mitad de un año que en mi lugar empezó como quien dice: “mejor imposible” y después la pendiente hacia el momento mas insoportable e interminable para un deportista: la lesión. Es que a veces deliro con ganas de ir al psicólogo para contarle como influye en mi vida el palo y la bocha. Después caigo de patética que quedaría y se me pasa. Aunque todavía sigo en la lucha. Cuando deportivamente estoy mal, instantáneamente todo lo demás, no importa el estado, esta mal. Y lo que esta mal es pensar que ese “demás” este mal. Porque se que no es asi, pero no lo puedo manejar. Y es un desafío diario que tengo, así como el de querer ser mejor que ayer. Paciencia.

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