@alejandraremon
“Acerca de lo que somos cuando nadie nos ve, sobre lo
que callamos y gritamos por dentro cuando las luces se apagan y el telón
interno nos remite un remanso de paz o de furia.
Las palabras que no decimos por no herir, lo que
callamos por no parecer estúpidos. Las ideas mediocres acerca de nuestra
existencia y las ganas contenidas. Las canciones que tarareamos pensado en
alguien[...][...]Lo que nos remite el silencio. La forma que tenemos en expresar
nuestros miedos y nuestros errores para hacernos creer más fuertes de lo que
somos. Los lugares que visitamos para no ser menos, para demostrarle al mundo
que eres mucho más que un puñado de huesos y de desvelos, aunque te parezcan
una mierda y no te aporten nada excepto malgasto de tiempo.
La última visita al doctor y al terapeuta, el último
secreto a voces, la foto guardada a escondidas que sabes que deberías tirar y
ese archivo de ordenador con un nombre encriptado para que nadie sea capaz
nunca de encontrarlo. La manía tonta de oler las sábanas limpias y recoger las
cosas como si alguien viniera a visitarte. Los libros que no has leído pero que
a todos haces creer que sí, porque al empezar el segundo capítulo te parecieron
tremendamente aburridos, así como esa peli de culto que te hace dormir en los
quince primeros minutos. Lo que somos cuando nadie nos ve poniendo muecas
frente al espejo para entender qué imagen es la que damos al resto, qué
queremos que ellos perciban, que pretendemos aportar. Quizás seamos en el fondo
un montón de desórdenes desalineados buscando una constante en la que aparentar
integridad, sin mostrar el foso, no vaya a ser que nos apaleen el alma, no vaya
a ser que nos hagan daño. La cara más amarga, la de la pena inconsciente y
sublime. La manía estúpida de hacer siempre como que no pasa nada, aunque nos
pase todo.
Somos lo que nos callamos, los desvelos, los sueños
tórridos, el desamor, la indiferencia, el lastre, la frustración, la pereza y
la necesidad.
Si ellos supieran.”
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